Skip to main content
Cuentos del mundo

Cuento El Amor Prohibido

Había una vez, en la vasta y antigua China, un hombre llamado Liang. Liang era un humilde artesano que vivía en un tranquilo pueblo a las afueras de la capital del imperio. Pasaba sus días tallando madera y creando hermosas obras de arte que vendía en el mercado local.

Un día, mientras Liang estaba en la ciudad vendiendo sus artesanías, vio a una joven que lo dejó sin aliento. Era la princesa Mei, la hija del poderoso emperador. La belleza de Mei era conocida en todo el imperio, pero para Liang, su belleza iba más allá de lo físico; era su dulzura y amabilidad lo que lo cautivó.

Liang y Mei se encontraron en el mercado, donde Liang vendía sus creaciones. Ella quedó impresionada por la habilidad y la dedicación de Liang a su arte, y él quedó encantado por su gracia y su espíritu gentil. Se dieron cuenta de que compartían una profunda conexión, a pesar de las diferencias en sus estatus sociales.

Con el tiempo, Liang y Mei comenzaron a verse en secreto. Su amor creció con cada encuentro, y no pudieron evitar enamorarse perdidamente el uno del otro. Sin embargo, su amor era un secreto peligroso, ya que el emperador no permitiría que su hija se casara con un humilde artesano.

Un día, mientras Liang y Mei se encontraban en el jardín secreto del palacio, el emperador los descubrió juntos. Estalló de furia al darse cuenta de que su hija estaba enamorada de un hombre de clase baja. Exigió que Liang fuera castigado y expulsado del imperio.

Liang fue llevado ante el emperador, quien dictó su sentencia: sería desterrado del imperio y nunca podría regresar bajo pena de muerte. Mei suplicó por la vida de Liang y le rogó al emperador que reconsiderara, pero su padre estaba decidido a separarlos.

Liang fue escoltado fuera del imperio por los guardias del emperador, mientras Mei observaba con el corazón roto desde una ventana del palacio. Liang juró volver por Mei y encontrar una manera de estar juntos.

Liang comenzó un largo viaje a través de tierras desconocidas, llevando consigo una pequeña estatua de madera que había tallado en honor a Mei. Se enfrentó a peligros y desafíos a lo largo del camino, pero su amor por Mei lo impulsó a seguir adelante.

Mientras tanto, Mei se sentía atrapada en el palacio del emperador, separada de su amado Liang. Ella sabía que debía encontrar una manera de reunirse con él, y comenzó a idear un plan para escapar del palacio en busca de la felicidad que tanto ansiaban.

Mei se disfrazó de sirvienta y, con la ayuda de un leal sirviente llamado Zhu, logró escapar del palacio en medio de la noche. Se adentraron en el mundo exterior, lleno de peligros y desafíos, en busca de Liang.

Mientras tanto, Liang había llegado a un templo remoto en las montañas, donde un monje sabio le habló de una leyenda ancestral. Decía que una vez al año, en la séptima noche del séptimo mes del calendario lunar, un puente de cuervos se formaba en el cielo, permitiendo que dos almas separadas se encontraran por una sola noche.

Liang estaba decidido a esperar hasta la séptima noche del séptimo mes para reunirse con Mei. Durante ese tiempo, talló un hermoso arpa de madera en honor a su amor por ella.

Mientras tanto, Mei y Zhu se enfrentaban a innumerables obstáculos en su viaje, pero su determinación nunca flaqueó. Finalmente, llegaron al templo de Liang en la séptima noche del séptimo mes, y el puente de cuervos se formó en el cielo.

Mei y Liang se encontraron bajo el cielo estrellado, sus corazones rebosantes de alegría y amor. Pasaron una noche mágica juntos, compartiendo historias y sueños, y prometiéndose amor eterno.

Al amanecer, el puente de cuervos desapareció, y Liang y Mei se separaron una vez más. Pero esta vez, sabían que su amor era más fuerte que cualquier distancia. Juraron esperar hasta el próximo año para reunirse de nuevo en la séptima noche del séptimo mes.

La historia de Liang y Mei se convirtió en una leyenda en toda China, recordando a la gente la fuerza del amor verdadero y la determinación para superar cualquier obstáculo. Años después, el emperador finalmente entendió el amor de su hija y permitió que Liang y Mei se casaran, viviendo juntos en paz y felicidad.

El Fin.

Espero que esta historia de “El Amor Prohibido” haya capturado la atención y la imaginación de los niños y les haya enseñado importantes lecciones sobre el amor y la perseverancia.